Red Indestructible

Un hombre que cultiva su jardín como quería Voltaire, tal como nos lo recuerda Borges en su poema "Los justos". Esos justos anónimos que, nos dice, están salvando al mundo. Pero ya no es suficiente. Hoy es también un hombre o una mujer que recorre un bosque y planta un árbol. Que mira a su entorno con desconcierto, porque no comprende lo que hemos hecho del paraíso que nos fue legado. Que tiende la mano al otro, sea humano o no humano. Un hombre o una mujer que cultiva su jardín y produce sus alimentos para sí y para su familia. Y para otros. Para las aves, las mariposas y las abejas, para los gusanos y los escarabajos, para los hongos y todas las malezas. Para el mundo microscópico que nos sostiene y para el universo prodigioso que nos alberga.